Apuntes de historia: Maravillas Lamberto Yoldi (1922-1936)

Era el 15 de Agosto de 1936, sobre las 2 de la madrugada. Dos falangistas aporrearon la puerta de una casa, mientras una pareja de la Guardia Civil esperaba en la calle. La casa era la de Vicente Lamberto, un trabajador del campo, un labrador de Larraga (Navarra) cuyo único delito era el de estar afiliado a la UGT. En la casa, vivía junto a su esposa, Paulina, y sus tres hijas, Maravillas, Pilar y Josefina, y ante la amenaza insistente de derribar la puerta, Paulina accedió a abrir. Entonces, los dos falangistas entraron en la casa y obligaron a Vicente a salir para que les acompañarse. La mayor de sus hijas, Maravillas, que en esos momentos tenía 14 años, imaginándose el destino que le esperaba a su padre, pidió poder acompañarlo para no dejarlo solo. Los falangistas accedieron.

De este modo, Vicente y Maravillas fueron llevados al Ayuntamiento de Larraga, en cuya planta inferior se había improvisado una pequeña celda de concentración de apresados, un método, que por otra parte, fue empleado por los golpistas de manera general en toda España. Sea como fuere, al mismo tiempo que Vicente era recluido en ese improvisado campo de concentración, a la joven Maravillas la subían al primer piso, donde en una de las habitaciones del ayuntamiento fue violada en repetidas ocasiones. A las cinco de la mañana, algunos vecinos vieron con sus propios ojos como Maravillas, con sus ropas destrozadas, era introducida junto a su padre en un vehículo, una camioneta propiedad del herrero del pueblo, para nunca más regresar.



Algunos investigadores han determinado que ambos fueron llevados a un bosque cercano a Ibiricu en el Valle de Yerri. De hecho, fue allí donde, junto con otros presos, fueron asesinados. Cuenta su hermana pequeña, Josefina, la única superviviente de la familia y que en los últimos años ha estado muy involucrada en todos los proyectos vinculados con la memoria histórica, que a su padre «lo dejaron en una cuneta, que al parecer está ahora cubierta por la carretera, de ahí que no le pueda encontrar». En cuanto a su hermana, ha relatado que «la hallaron unos campesinos en un campo abandonado cuando regresaban de estar con el ganado. Dijeron que los perros le habían comido las piernas y los glúteos, de manera que la rociaron con gasolina y la quemaron por pura humanidad». Por si esto fuera poco, el calvario para la familia de Maravillas no acabó aquí. Después de asesinarla a ella y a su padre, su familia, como tantas otras familias, fue estigmatizada por pertenecer al bando perdedor, al bando republicano, y perdieron su casa y las pequeñas tierras que tenían en arriendo. 

Esta triste historia, no es sino una historia de tantas otras que pesan sobre nuestras espaldas. Esta historia, lo queramos o no es nuestra, y es nuestra obligación no olvidarla nunca. Así, la Historia como ciencia, no debe ser una materia que se limite al estudio de los acontecimientos del pasado, tiene que ser un análisis crítico que nos lleve a plantearnos el cómo y el porqué de sucesos tan negros como el aquí hoy se ha presentado. Así, aunque muchos quieran negarlo, la Guerra Civil Española no fue un producto de la II República, la guerra civil fue un producto, única y exclusivamente, del fracaso del Golpe de Estado del 18 de Julio de 1936. Fue, de hecho, un rasgo de la sublevación, el uso inmediato de la violencia represiva en los lugares donde sí triunfó el Golpe. Bajo el «Estado de guerra» y el código judicial del régimen militar se eliminó a miles de personas en los primeros meses de la guerra, sin ningún tipo de garantía judicial.



El ritual, como hemos visto en el caso de Maravillas, solía ser siempre el mismo. El paseo y la saca. Después de haber incautado las fichas de los militantes en partidos republicanos y sindicatos, los sublevados detenían en sus domicilios a los presos políticos. Una vez reunidos en improvisados campos de concentración, eran trasladados de madrugada, cuando todavía era de noche, a las afueras de las localidades donde eran asesinados. Las principales victimas fueron autoridades republicanas, profesores e intelectuales, miembros sindicales y por supuesto, mujeres vinculadas a la tradición política republicana o hermanas, madres, esposas y compañeras de otros detenidos. Hoy, 8 de marzo, Día de la mujer, no hay mejor forma de protesta que recordar las barbaridades, que unos cuantos desalmados, cometieron contra una niña que solo tenía catorce años. Porque su memoria y recuerdo nunca se olvide.

BIBLIOGRAFÍA

Batzarre. Testimonios de Josefina y de Pilar Lamberto, hijas y hermanas de Vicente y de Maravillas, vecinos de Larraga, asesinados en 1936 [En línea]. Disponible en: <http://www.batzarre.org/firma.php?id=65>

Gorka Moreno, «Maravillas, violada y asesinada junto a su padre en 1936, tendrá su propia calle en Larraga», en El Informador [En línea]. Disponible en: <http://gorkamoreno28.blogspot.com.es/2012/03/maravillas-violada-y-asesinada-con-14.html>

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