Apuntes de historia: Los griegos en la Edad Oscura y el Arcaísmo

La Edad Oscura es seguramente el periodo más desconocido de la historia de los griegos -de ahí su denominación- aunque paradójicamente sea un momento primordial para la configuración de la civilización griega. Sobre el año 2000 antes de la Era llegan pueblos indoeuropeos a la región que hoy conocemos como Grecia. En ese periodo, con foco principal en la isla de Creta, se desarrolla una cultura de gran importancia conocida como civilización minoica. De los yacimientos arqueológicos que se han descubierto se deduce que fue una cultura de élites, volcada a la construcción de palacios monumentales y con grandes influencias del Próximo Oriente y Egipto. Pero esta cultura desaparece, probablemente barrida por otra nueva oleada de pueblos indoeuropeos como los jonios o los aqueos, y tras ello nos encontramos con un gran vacío entre el 1600 y el 1300 antes de la Era. A partir del 1300 se desarrolla otra nueva civilización, la cultura micénica, con focos en el Peloponeso y Creta. Una sociedad burocrática y extremadamente jerarquizada como indican sus enterramientos en tolos (cámaras funerarias). Con un monarca a la cabeza, el rey (Wanax, Wanaka), tras él la aristocracia, los lawagatai y los hequetai, después los ciudadanos propietarios (telestai) y finalmente los esclavos (doeros). De este modo, la base del poder será el palacio que se convertirá en el eje de la sociedad micénica como lugares extremadamente fortificados. Practicaron la escritura -lineal B- y una importante actividad comercial de cerámica.  Pero esta sociedad, al igual que la minoica, acabó sucumbiendo con el gran colapso del año 1200 antes de la Era. Se hablan de múltiples causas; invasiones exteriores (dorios), sucesión de desastres naturales, crisis económica o luchas de poder entre las élites.


Tras la crisis, que afectó tanto al ámbito griego como al mundo oriental, los griegos quedan aislados. Años de aislacionismo donde se forjan la sociedad, la ideología y la religión que ya veremos plenamente configurada en el año 776 antes de la Era -fecha en la que se celebran los primeros Juegos en Olimpia-. En estos años hay una progresiva reactivación de las relaciones comerciales con el exterior, además de iniciarse el crucial proceso de colonización-. Y también, al final de la Edad Oscura, nos encontramos con dos fuentes fundamentales para entender la civilización griega; Homero y Hesíodo. Respecto al primero, hay que decir que es harto conocido a pesar de que no sabemos realmente quién fue, o en todo caso si fue un solo autor, o fueron varias personas, o simplemente el final de una larga tradición oral que en un determinado momento se plasmó por escrito. Sus obras, la Ilíada y la Odisea, son verdaderas enciclopedias del mundo griego, siempre mirando hacia el pasado, con un lenguaje poético y artificial destinado a un público acostumbrado a escuchar historias. Son excelentes fuentes históricas siempre y cuando se analicen desde un punto de vista crítico, ya que hay que tener en cuenta la mezcla entre imaginación y tradición que hay en estos textos. La Ilíada nos relata una parte de la guerra de Troya, un acontecimiento que guarda los ecos de los conflictos de la Edad Oscura y que probablemente nos cuente los sangrientos conflictos que dieron origen a las polis. Por otro lado, la Odisea nos cuenta la huida de Troya por parte de Odiseo -Ulises- y su duro viaje de regreso a Ítaca, su patria. Y si bien la figura de Homero es desconocida, Hesíodo sí que dejo pruebas más claras de su existencia. Hijo de un marinero, su vida estuvo dedicada a la poesía y sus obras como Los trabajos y los días o Teogonía son una excelente fuente para entender la configuración del pensamiento y la sociedad griegos; la religión griega, las microsociedades de los oikos -haciendas o propiedades que al juntarse formaron las polis-, la moral de los griegos o el influjo e influencia desde el Próximo Oriente.


El final de la Edad Oscura dio paso a uno de los momentos de mayor actividad en la historia de los griegos. A partir del siglo VIII antes de la Era las fuentes históricas se disparan, conocemos el intenso proceso de formación de las polis y sus problemas, la colonización arcaica y también las principales fuentes del cambio en la historia de Occidente. El primer gran descubrimiento de los griegos fue el Trirreme, un barco basado en los birremes fenicios pero que como su propio nombre indica contaba con una fila más de remos. Era barcos poderosos y veloces, utilizados para la guerra y el comercio, ayudaron a mejorar las comunicaciones entre los griegos y posibilitaron su expansión por el resto del Mediterráneo. La segunda clave para el desarrollo de la civilización griega también esta relacionada con el transporte, aunque en este caso por tierra. Hablamos del caballo de monta, proveniente de los pueblos orientales, será una rápida manera de desplazarse en la Hélade, además de ser usada como arma de guerra. Su gran problema era el mantenimiento, el caballo es un animal con unos cuidados muy costosos y solo las clases más altas podían permitirse tener en su propiedad uno. 

En tercer lugar, un gran avance en la sociedad griega es la acuñación de moneda. Un proceso que no fue de la noche a la mañana, de las primeras pastillas de electrón -una mezcla de oro y plata- se irá evolucionando a la acuñación de monedas con una serie de pesos y medidas avalados por el emisor, generalmente las polis. La emisión de monedas por parte de las polis era un síntoma de poder, pero además significaba una verdadera revolución para el comercio y los intercambios. El cuarto foco de cambio es la adopción del alfabeto, en este caso el alfabeto jonio, bastante sencillo ya que contaba con 24 signos, fue de gran utilidad para comenzar a educar a personas letradas o comenzar a establecer leyes públicas por escrito, algo que como ya hemos visto en el Próximo Oriente es de gran importancia. En quinto y último lugar tenemos el hierro. De manejo sencillo y con grandes yacimientos en Grecia, hará que muchos ciudadanos se puedan permitir la compra de su armamento. No nos podemos olvidar de la importancia que tiene para los ciudadanos de las polis la defensa de su comunidad, lo que conocemos como ejércitos hoplíticos. 


Y hablando de ciudadanos, seguramente el aspecto más importante de la sociedad griega, más allá de los cambios que hemos mentado, es la creación de las polis. Una forma de organización en pequeñas comunidades que ya se viene configurando en la Edad Oscura, pero que es en el arcaísmo cuando realmente acaba por definir el espíritu griego. De hecho, salvo excepciones como Esparta o Argos, la polis abandona la monarquía y nace como una oligarquía de aristócratas. Sus orígenes son inciertos y confusos, existen fuentes muy dispares sobre todo porque se han contabilizado al menos 1000 polis históricas a lo largo de todo el mundo griego. Aun así, podemos hablar en rasgos generales que las polis son ciudades pequeñas, con un fuerte sentimiento de identidad debido a la estrecha vecindad. Estaban divididas en el asty, la ciudad, el centro urbano, y la khôra (jora), el territorio colindante. Toda la vida política y el centro social de la polis era el ágora. Hay cientos de modelos, cientos de formas de organización de la polis pero tradicionalmente se han dividido en polis oligárquicas y polis democráticas, la diferencia entre ellas está fundamentalmente en el número de ciudadanos que podían participar en la vida política. Como decimos, se desconoce mucho del proceso de formación de las polis, pero seguramente no fuera simultaneo. La mayoría de las polis se formaron por un proceso de sinecismo que consistía fundamentalmente en la unión de forma pacífica o violenta de varios oikos (haciendas o grandes propiedades). De ahí la importancia que en las polis tendrá el Genòs, el apellido, la familia. Los miembros de la aristocracia serán conocidos como los eupátridas (los bien nacidos) y en los inicios de las polis decidirán su destino por medio de las luchas de poder. Unos enfrentamientos, unas luchas que en muchos casos se alargaron durante siglos y han llegado a formar un rasgo característico y propio de las polis. De hecho, estas luchas internas en las polis, que muchas veces llegaban a afectar no solo a la aristocracia sino al conjunto de la población, tienen una denominación propia en griego, la stasis


Sea como fuere, la teoría nos dice que la organización de la polis se basa en el sometimiento de todos los hombres, incluso a los más poderosos, al régimen político y legislativo de la ciudad-estado. Un ejemplo de esto sería la reforma hoplítica. Todo ciudadano, podía serlo si podía también defender su comunidad, defender su ciudad. Tanto es así, que la polis cambió la forma de luchar, toda la sociedad está inmersa, todos los ciudadanos son soldados y de ahí su gran cohesión en el combate. Por eso el hoplita es poderoso en grupo (Falange) que normalmente forma en filas de 8. Su equipo fundamental es el casco, la coraza, el escudo (hoplon), las grebas, la lanza y la espada. El aspecto negativo de esto era que la polis nunca se hacía cargo del equipamiento, es decir, son los ciudadanos los que se lo pagan. Por lo que si un ciudadano no podía permitirse la compra del material, difícilmente iba a conseguir los plenos derechos de ciudadanía, estando apartado de la vida pública.

En este sentido, a pesar de esa idea de unidad que había en casi todas las polis griegas, existían no pocos problemas para lograr una estabilidad política en las mismas. La stasis, las luchas internas entre familias aristócratas afectaban a toda la población, pero también, conforme las polis iban creciendo aparecían nuevos problemas como la escasez de tierras de cultivo o las grandes diferencias sociales. Para ello, se produjeron dos grandes fenómenos que pretendían ser soluciones para acabar con esa crisis. En primer lugar la colonización. Un traslado masivo de población que para los griegos fue una verdadera cuestión estatal. Las polis (metrópolis) utilizaban un volumen colosal de recursos para crear nuevos establecimientos que aliviaran la presión demográfica de estas ciudades-estado. Una vez fundada la nueva polis solían romper el vinculo con la metrópolis y en la mayoría de los casos se generaban los mismos problemas obligando a una nueva colonización generando una especie de círculo vicioso que acabó con la difusión del concepto polis a lo largo de todo el Mediterráneo. Cronológicamente podemos distinguir dos grandes fases; una primera etapa desde finales del siglo VIII hasta la fecha orientativa del 650 antes de la Era, donde proliferaron las colonias de carácter agrario (Apoikias) con una gran difusión en la Magna Grecia y Sicilia. Una segunda fase desde el 650 hasta finales del siglo VI, donde priman la fundación de los Emporia, colonias dedicadas al comercio con los habitantes autóctonos. Las grandes potencias coloniales fueron Megara, Corinto, Mileto o Focea y, elegian la ubicación de las colonias en función de las sugerencias del oráculo de Delfos. Tras ello, mandaban una primera expedición militar para asegurar el lugar y después se enviaban los materiales para realizar el primer asentamiento. El colonialismo griego fue, sin duda alguna, de enorme repercusión a la hora de la propagación de sus ideas a lo largo de todo el Mediterráneo.


Otro de los mecanismos que se presentaron como solución a los problemas de la stasis fue la tiranía. Una palabra que en la actualidad tiene un sentido de uso despótico del poder, pero que en su tiempo se distinguía entre tirano bueno y tirano malo. Fue además la llave o el nexo entre el arcaísmo y el clasicismo griego, de la polis aristocrática a la polis oligárquica y democrática. La mayoría de las tiranías y de los tiranos tienen unas características similares, suelen provenir de familias eupátridas, aristocráticas y acceden al poder por las propias fricciones entre las familias más poderosas de la polis. Se suelen apoyar para mantener el poder en el demos, el pueblo o el resto de ciudadanos, a cambio del reparto de las tierras expropiadas al resto de familias aristocráticas. Normalmente, la segunda generación de tiranos solía distanciarse del demos, al no tener el mismo enemigo común, y convertían la política en un ejercicio déspota de su poder. Los tiranos serán grandes legisladores, ya que estarán preocupados por asentar su forma de entender la organización de la polis. Durante las tiranías se generaliza el sistema esclavista o el uso de la moneda, cuestiones que favorecieron al demos hoplita que se podían centrar en ejercer de ciudadanos sin trabajar o para el comercio. Este sentido de autoregulación será fundamental para entender como van a funcionar las polis a lo largo de la época clásica.

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