Apuntes de historia: Atenas y la creación de un imperio

Para el estudio y aproximación a la historia de Atenas existen multitud de fuentes contemporáneas como Platón, Aristóteles, Demóstenes o Isócrates. De hecho, Atenas será para los griegos el modelo referencial, el modelo a seguir sobre todo por su desarrollo de la idea de imperio. El Ática es del mismo modo una región central en la vida de los griegos, una zona bastante extensa, fértil y con una línea costera muy interesante para el emplazamiento de puertos, de ahí su temprana vocación marítima y su preocupación por mantener la flota, tanto por el control militar como por el control del comercio. La división territorial es sencilla; Paralia (la línea costera), Asty (el territorio que ocupa la polis), Mesogeia (la zona de interior) y, finalmente, Diactia (los montes del norte que sirven de frontera con la siempre vecina y enemiga Beocia).

Mapa antiguo del Ática.

Todos los habitantes del Ática son considerados ciudadanos atenienses, pues a pesar de ser un territorio bastante grande solo se ha formado una polis. Hablaban un dialecto jonio, de ahí que el resto de griegos los consideraran como no dorios. Respecto a su fundación como polis, la mayoría de historiadores piensan que se trató de un sinecismo de carácter pacífico entre los distintos oikos que existían en la Ática. En este sentido, el registro arqueológico confirma que no hay una gran ruptura en la Edad Oscura y, seguramente, será en estos siglos cuando se vaya asentando el poder entre varias familias aristocráticas, los eupátridas. 

Y si bien la formación de la polis pareció ser relativamente pacífica no lo fue tanto su desarrollo como polis durante el arcaismo. De hecho, la stasis ateniense se caracterizó por ser extremadamente violenta y llama la atención, que a pesar de esto, Atenas no participara en el proceso de colonización. Las soluciones, en el caso ateniense, se presentaron en forma de tiranía, con un primer intento de implantación en el 640 antes de la Era. Después de más de cien años de luchas sangrientas entre las familias eupátridas atenienses, Cilón, un noble ateniense, intenta imponerse como tirano pero antes de lograrlo muere asesinado a manos de la familia de los Alcmeónidas, una de las familias más importantes de Atenas y que se declaraban como descendientes del mismísimo Agamenón. Las luchas parecían no tener fin y en esos momentos un arconte llamado Dracón propuso una serie de leyes para evitar más derramamientos de sangre. Las leyes draconianas consistían, fundamentalmente, en una codificación de algunos delitos como el asesinato, sobre todo para frenar el odio de sangre y el derecho de venganzas entre familias. De la severidad y dureza de las penas, que luego matizaría Solón, derivó el adjetivo draconiano.

Atenas y el Pireo en la época clásica (siglo V).

Pero los problemas de la stasis ateniense no solo venían de las élites y sus luchas por el poder, sino también desde abajo de la sociedad, desde el campesinado. Los hectemoroi fueron una serie de campesinos que debido a los bajos niveles de producción y a los altos impuestos que tenían que pagar llegaron a una situación de servidumbre. De hecho, el cultivo del trigo se había sustituido por la vid y el olivo, fundamentalmente porque eran mucho más rentables a la hora de comerciar. Por lo que la escasez de alimento de primera necesidad en Atenas va a ser, a partir de ese momento, una realidad que va a hacer que dependan continuamente del comercio con las regiones productoras de trigo del mar Negro. Las diferencias sociales eran enormes y la situación era cada vez más insostenible. Su solución llegaría en varias etapas y la primera intentona fue la reforma legislativa de Solón (594-593 a. E.). Figura mítica, además de legislador fue poeta, héroe de guerra, estadista y miembro de una de las familias aristócratas más importantes de Atenas, los Menóntidas. Fue elegido arconte e intentó reformar la legislación ateniense para contentar a todas las partes de la sociedad, afectando a multitud de aspectos como la reforma sisáctia o el cómo acabar con las deudas que hacían agonizar al campesinado, la implantación de la timocracia o la reorganización de los órganos de gobierno ateniense, así como otro tipo de cuestiones de índole económica, social e incluso religioso. 

El supuesto rostro de Solón.

Las medidas de Solón intentaron armonizar la sociedad y acabar con las altas cargas que llevaban al campesinado a la esclavitud, de tal modo la sociedad ateniense quedaba jerarquizada en función de las riquezas y que, no en vano, suponía la base para el funcionamiento del sistema timocrático. En la cúspide estaba los pentacosiomedimnos, que poseían una renta anual superior a los 500 medimnos (una unidad de medición para los productos secos). Tras ellos, los hippeis, llamados así porque se consideraba que con su renta anual de entre 300 y 500 medimnos podían permitirse la manutención de un caballo. Después, entre 200 y 300 medimnos estaban los zeugitai, suponían el común de la sociedad ateniense y eran capaces de pagarse el equipo hoplita al completo y la propiedad de algún animal de carga. Y finalmente, los thetes, generalmente trabajadores artesanos con una renta anual inferior a 200 medimnos. Al no poder pagarse el equipo hoplita generalmente servían en la defensa de la polis como remeros de la flota ateniense, de tal manera que seguían siendo ciudadanos de pleno derecho. Esta clasificación social, que a nuestros ojos contemporáneos puede parecer nos muy anticuada, fue en realidad totalmente revolucionaria, pues era una división que no atendía al criterio de la sangre ni del apellido como lo había hecho hasta entonces. 

La Acrópolis de Atenas (1864), por Leo von Klenze.

Además, las medidas intentaron abrir el cuerpo de la ciudadanía ateniense a la gran mayoría de los habitantes del Ática. De este modo, se intentaron reformar los principales órganos de gobierno en Atenas; el Arcontado, el consejo Aerópago y la Ekklesia. En primer lugar, Solón reformó el Arcontado, estableciendose su número en nueve miembros. El primero le daba el nombre al año, arconte epónimo, y se encargaba de la administración civil y la justicia. El segundo era el arconte basileo, que debía de supervisar la organización de los ritos religiosos. El tercero, el arconte polemarco, tenía como misión la dirección del ejército y el mantenimiento del orden público. El resto, los otros seis, era un colegio de magistrados llamados tesmótetas (thesmothétai), que contaban con una serie de atribuciones legislativas y judiciales. Todos estos cargos son de carácter anual, y en caso de evidentes negligencias podían responder ante sus actos. El Aerópago, un reducto aristocrático de época arcaica, tras la reforma de Solón sigue manteniendo sus grandes atribuciones, pero se amplia el acceso al mismo. La Ekklesía, compuesta en buena medida por thetes, irá ganando poco a poco relevancia con la posibilidad de discutir leyes, aunque no proponerlas. Sí que podrá hacerlo la Boulé, compuesto por medianos propietarios (zeugitai), ejercerá de contrapeso entre las capas altas y las capas bajas de la sociedad. Un órgano compuesto de 400 miembros, 100 de ellos elegidos por sorteo entre las 4 clases del Ática, siempre funcionó relativamente bien debido a su aporte de moderación.

Atenea contra Ares (1771), por Jacques-Louis David.

Estas reformas políticas fueron acompañadas de cientos de reformas de tipo judicial, principalmente mediante de la creación de la Heliea, una especie de tribunal superior de justicia que sirvió para matizar las duras penas de las leyes de Dracón. También reformas de carácter económico como el establecimiento de un nuevo sistema de pesos y medidas. Aunque hay que decir, desde un punto de vista práctico, que la reforma de Solón no se aplicó en un solo año. Fue más bien un proceso que se inicia con Solón, pero que tuvieron que continuar algunos de sus seguidores políticos para que llegaran a tener un verdadero calado. De hecho, en el 570 antes de la Era, 20 años después del mandato de Solón, las luchas entre la aristocracia continúan siendo muy sangrientas y ponen en verdadero peligro la estabilidad de Atenas. La ciudad está exhausta, las luchas entre los partidarios de Licurgo y los partidarios de Megacles llevan a la polis a una situación de emergencia. El cuerpo político y legislativo para el gobierno de la ciudad está preparado, pero sin una situación de calma para su implantación, será imposible su implantación. Es en esos momentos cuando una tercera facción se alza en la lucha, evitando una auténtica guerra civil. 

Pisístrato, de la familia de los Filáidas, fue un gran demagogo y héroe de guerra en la lucha contra Megara, y después de dos intentos fallidos, consiguió en el 545 antes de la Era establecerse como tirano de Atenas. Preservará su poder hasta su muerte en el año 527, cuando sus hijos Hiparco y Hippias le sucedan en el mismo hasta finales del siglo VI (510 a.E). Su caso, es el caso típico del tirano griego, un aristócrata contra otros aristócratas que gana gracias a que cuenta con el apoyo del demos, del pueblo. Una primera generación caracterizada por un buen gobierno, como lo fue el mandato de Pisístrato, pero que queda oscurecida por sus sucesores, en este caso Hiparco y Hippias, que ejercieron su poder de manera brutal. En este sentido, el mandato de Pisístrato es interesante porque durante el mismo se aplicaron las reformas de Solón hasta las últimas consecuencias, propiciando las transformaciones para que Atenas durante el siglo V se convirtiera en un verdadero imperio entre los griegos. Eliminada la stasis, comienza un periodo de paz y prosperidad donde la demos crece económicamente. Al mismo tiempo, hay un gran desarrollo de la cultura, la poesía, el teatro, se empieza con la acuñación de moneda, y sobre todo, se inicia la construcción de grandes infraestructuras (Partenón, templo de Atenea) y una potente flota que beneficiará al poderio comercial ateniense. 

Restos de ostracas.

Los gobiernos de Hiparco y Hippias devuelven la inestabilidad que Atenas ya había olvidado de la mano de su padre, Pisístrato. De este modo, vuelven los años de guerras civiles donde poderes exteriores como Esparta o Persia intentan sacar partido. Finalmente, es Clístenes quien accede al poder y logra restablecer el orden en la polis. Para ello, realizó una serie de reformas que pretendían acabar de manera definitiva con el poder aristocrático y sus luchas. En primer lugar se hizo una reforma territorial en regiones (Asty, Mesogeia y Paralia) y a su vez estas, eran divididas en 10 tritias, que hasta entonces habían funcionado como agrupaciones sanguíneas, pero que a partir de ese momento tendrán un sentido territorial, no sanguíneo. En segundo lugar, se cambia el modo de acceso a la Boulé, que desde ese momento será exclusivamente por sorteo, aumentando su numero de 400 a 500 miembros. Por otro lado, la Ekklesía adquiere importancia en detrimento del Aerópago, como viejo reducto del poder aristócrata. Y, por último lugar, cabría destacar de entre todas las medidas la instauración del ostracismo, que inicialmente funcionó como un medio para evitar abusos de poder, pero que se acabó convirtiendo en una herramienta para desterrar a los enemigos políticos. Para la aprobación del destierro era necesaria una votación que se realizaba con la inscripción del nombre del sujeto en un trozo de terracota denominado óstrakon, de ahí su nombre.

De esta manera, Atenas entró en el periodo clásico con un complejo sistema legislativo que pretendía resolver la gran cantidad de problemas internos que asolaban a la polis, siempre bajo la mirada recelosa de vecinos como Beocia, Corinto o Esparta. Del mismo modo, se asentaron las bases para el desarrollo de la denominada «democracia radical» de Pericles, en medio de un periodo de conflictos (siglo V a.E), con unas Guerras Médicas que ensalzaron a Atenas como la gran potencia griega y con una guerra del Peloponeso que acabará definitivamente con su apogeo.

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