Léon (1994)

INTRODUCCIÓN-MINISINÓPSIS

Léon es un hombre solitario, inculto, que no conoce si quiera quién es Charles Chaplin. En este sentido, podríamos decir que cumple el perfil del clásico perdedor de los noventa -cuando todavía las películas estaban protagonizadas por estos perdedores-. Pero, lo cierto es que Léon no es un perdedor cualquiera ya que en una cosa él es el mejor, un maestro, un profesional. Matar, matar y punto, y al igual que John Rambo, Leon es el mejor. Su vida está centrada exclusivamente en su profesión de asesino a sueldo, que a pesar de todo lo terrible que pueda ser, no deja de ser una rutina. Una rutina que al menos lo mantiene alejado de la penosa realidad de su existencia. 



Un día de regreso a casa, Léon tropieza en las zonas comunes de su apartamento con una niña, su vecina Matilda. Tiene unos 12 años de edad, de aspecto dulce, pero realmente atormentada por su vida junto a una familia desestructurada. Lleva el ojo morado y está fumando un cigarrillo. Tras una breve conversación, Léon se da cuenta de lo que pasa, pero el nunca se preocupa por nadie y no ve el momento empezar a hacerlo ahora. Así que Léon sigue con su vida solitaria. Se ducha, cuida su planta, se plancha su ropa y, lo que más llama la atención, duerme en el sillón con las gafas de sol puestas. Al otro lado de las paredes, en el piso contiguo, vemos la vida de la familia de Matilda. Su padre es una especie de traficante que además, está metido en líos con un policía corrupto, extravagante y drogadicto llamado Norman Stansfield. Su madre, que si la juzgamos por su apariencia, parece ser una trabajadora del sexo, vamos lo que viene siendo una prostituta. Su hermana es una adolescente estúpida solo preocupada por hacer el clásico aeróbic noventero y finalmente, su hermanito, probablemente el único miembro de la familia que le importa verdaderamente a Matilda. 


Estas rutinas, tan opuestas, se tambalean al mismo tiempo cuando un grupo de matones, dirigidos por el poli corrupto Norman Stansfield, irrumpen en el apartamento de la familia de Matilda. Buscan un paquete de droga, que el padre de Matilda no les había devuelto. Como no lo encuentran, arrasan el apartamento y asesinan a todos; a la madre, a la hermana, al hermanito y por último a su padre. Matilda se salva porque no estaba en casa ya que había salido a comprar. Léon no es ajeno a todo esto, desde la mirilla de la puerta intenta observar lo poco que se puede ver desde el rellano. Se preocupa, parece que Matilda ya ha empezado a empezado a romper su solitaria existencia. De pronto, ve llegar a Matilda. La niña, muy lista para tener 12 años, observa antes de llegar a su puerta los primeros destrozos, probablemente se espera lo peor. Al pasar junto a su puerta, ve de reojo a un matón custodiando el cuerpo de su padre, e intentando ser fría continúa con su camino hasta tocar el timbre del apartamento de Léon. Por favor, abre la puerta -dice en voz baja-. Léon se lo piensa, se lo piensa mucho, ya que está a punto de romper su vida. Por favor -vuelve a decir Matilda- y toca de nuevo el timbre. Finalmente, Léon abre, la luz se proyecta sobre la cara de Matilda y a partir de aquí la vida de Léon ya nunca será igual. Paradójicamente, tras este terrible acontecimiento, Léon y Matilda van a empezar a vivir.



COMENTARIO

Bien, después de esta pequeña introducción a la película, quiero empezar comentado que para mí Léon: El profesional (1994) es la mejor película de Luc Besson, un director francés que, siempre bajo mi punto de vista, no es de los más grandes pero si que ha encadenado un par de películas buenas, sobre todo realizadas cuando yo era un niño y que por eso probablemente las tengo en buen recuerdo. Pero, lo cierto es que Luc Besson se abrió al público norteamericano en el año 1990 con Nikita, una película que escribe y dirige, y que lo catapulta a un relativo éxito que acaba de apuntalar con Léon: El profesional. Desde mi punto de vista, después de hacer su proyecto más personal, que es El Quinto Elemento (1997), perdió un poco el norte y encadena películas bastante reguleras. Aunque si es cierto, que la figura de Luc no solo ha estado vinculada a la dirección o a la escritura de guiones, sino que también ha sido un destacado productor, estando detrás de proyectos como la saga Transporter.  



El reparto de la película es también muy interesante. En primer lugar tenemos a Jean Reno, también conocido como Juan Moreno y Herrera-Jiménez -sí, nació en Casablanca y sus padres eran españoles-, que en este caso interpreta de manera sublime a Léon. Su metro casi noventa y ese aspecto de persona fría pero al mismo tiempo bonachona le queda perfecto para el papel. De hecho, para Luc Besson nunca hubo duda y siempre pensó en Jean Reno para ello, aunque hubo otros actores interesados como Mel Gibson o Keanu Reeves, pero como decimos sin ninguna posibilidad ya que incluso en un pequeño papel en Nikita, Jean Reno ya había interpretado a un «limpiador» y es donde precisamente surge la idea la película de Léon: El profesional. De su personaje sabemos bastante poco, por algunos datos sueltos podemos deducir que es italiano, por un lado porque vive en Little Italy y sus pocas relaciones sociales son con su jefe Tony, también italiano y que es interpretado por Danny Aiello.



Por otro lado, aparece la presencia de una muy joven Natalie Portman (aka. Padmé Amidala) aunque, no fue el primer nombre que se barajó para hacer el papel de Mathilda. La primera candidata fue Liv Tyler que en aquel momento tenía 15 años, por lo que se salía un poco de la edad del papel, pero es que además era un pino, altísima, por lo que parecía mucho más mayor de lo que era. También se habló de Christina Ricci pero el casting duró poco, ya que Natalie Portman dejó impresionados a los directores de casting y al propio Luc Besson por su capacidad de sumergirse en el personaje simplemente en con una audición. En este sentido, este se convirtió en la primera aparición de Natalie en el cine, y no fue fácil. Luc Besson tenía en todo momento a los padres de Natalie detrás, diciendo: no dejes que nuestra chiquilla aparezca fumando, no dejes que nuestra chiquilla salga en escenas que puedan ser consideradas controvertidas, en fin, ese tipo de preocupaciones compresibles por parte de unos padres. Por último, sobre el reparto, solo quiero comentar la aparición de Gary Oldman como villano asqueroso de la peli. En este caso encarna a Norman Stansfield, un policía corrupto de la DEA (Drug Enforcement Administration, Administración para el Control de Drogas), excéntrico, probablemente un psicópata y que está obsesionado en comparar su trabajo con la música clásica. Esto último, es muy curioso, pero lo añadió el propio Oldman al personaje ya que al mismo tiempo del rodaje se estaba preparando su papel como Ludwig van Beethoven en la película Amor inmortal (Immortal Beloved, 1994).



El guión, el director, los actores, todos los que participaron en el rodaje y producción hacen de esta película una joya del entretenimiento en la cual no se nos presenta la típica historia de un asesino a sueldo, ni tampoco la típica historia de amor. El personaje de Léon tiene de hecho dos versiones en esta película. Por un lado, un frío y calculador asesino que no falla un objetivo -eso lo podemos ver en los primeros minutos de la peli-, y por otro, sobre todo después de conocer a Matilda, el de un ser humano cualquiera que a veces falla y, fundamentalmente, que vive. 

La aparición de Matilda es pues un punto de inflexión en la película y en la vida de Léon, ya que hasta entonces su trabajo era el único refugio que tenía para su profunda pena. De ahí, la gran controversia que se presenta en esta película, es decir, la relación entre Léon y Matilda. Hay algunos que ven una relación amorosa o casi amorosa, pues la mujer por aquel entonces de Luc Besson, Maïwenn, dijo que el guión de la película estaba inspirado en su propia historia cuando se enamoraron, teniendo ella 15 años y él 32. Pero, desechando esto -dicen las malas lenguas que Luc Besson a la hora de hace cine no piensa exclusivamente con la cabeza-, y teniendo en cuenta los propios cambios en el guión, que en un principio nos mostraban a una Matilda mucho menos inocente -influencia de la presencia de los padres de Natalie Portman-, podemos decir que la relación de amor que vemos en esta película es más semejante al amor que existe entre un padre y un hijo que a otra cosa. Así, desde mi punto de vista, la bonita historia que hay entre Léon y Matilda es exclusivamente paternofilial, un amor tan potente por el cual Léon, un personaje con una forma de vida muy marcada, es capaz de darlo todo para que Matilda pueda vivir. Por ello, de todas las lecturas que pueda tener esta película yo siempre me he quedado con esta. 



Ya para ir acabando, no quiero pasar por alto la música que nos acompaña en la película, que también es obra de un francés, Eric Serra. Un compositor que en esta época iba de la mano de Luc Besson, de hecho, ponía sonido a otras películas suyas como El gran azul (Le grand bleu, 1988), Nikita (1990) o El quinto elemento (The Fifth Element, 1997). También es conocido por su participación como compositor de la banda sonora de una de las pelis de James Bond, GoldenEye (1995). 

Comentarios