Historia y videojuegos: Medal of Honor (I)

Corría el año 1999, el mundo de los videojuegos parecía vivir su segunda época dorada con el desarrollo de los juegos con gráficos 3D y ese año, Steven Spielberg, junto con el resto del equipo de DreamWorks, se alistaron, y nunca mejor dicho, en una de las series de juegos más míticas sobre la Segunda Guerra Mundial, Medal of Honor. Un año antes, el estreno en los cines de Salvar al Soldado Ryan (Saving Private Ryan), dirigida por el propio Steven Spielberg, había traído a toda una generación de niños, jóvenes y adolescentes -entre los que yo mismo me encontraba-, los desastres y la violencia de una guerra que la memoria parecía olvidar. En este sentido, Medal of Honor vino a completar ese nuevo relato de moda que se estaba presentando en torno a la Segunda Guerra Mundial. 



El primer juego de la serie, como decimos, apareció en 1999 para PlayStation, revolucionando el panorama consolero hasta ese momento. En él, encarnamos la figura de Jimmy Patterson, un teniente del ejército norteamericano adscrito a la OSS (Office of Strategic Services, considerada la antecesora de la CIA) que tiene que recurrir a la estrategia y al sigilo para superar las misiones que se le encargan. Unas misiones alejadas de la guerra abierta, caracterizadas por la infiltración y gracias a las cuales descubriremos algunos de los entresijos y preparativos bélicos del Tercer Reich. Así, más allá de la historia del juego y del desarrollo en el apartado gráfico, poco se distinguía de sus influencias dentro del mundo del shooter. Pero es aquí, cuando tenemos que hablar de la banda sonora compuesta por Michael Giacchino, famoso por darle música a la serie Lost o la película Up, con la que ganó un Oscar en esta especialidad. Así, Medal of Honor fue uno de los primeros videojuegos en preocuparse tanto en la banda sonora como se estaba haciendo en el cine.


En contraste, en cuanto a la narrativa histórica del juego, no podemos decir que sea muy original, puesto que viene a repetir los tópicos del cine bélico estadounidense, sobre todo de los años 50 y 60. Es decir, un héroe contra todo un ejército. El bien contra el mal. Una nueva renovación del eterno pacto con la justicia que parecen tener todas las intervenciones norteamericanas en el extranjero. Aunque, en la Segunda Guerra Mundial, la intervención estuviera más que justificada por las prácticas criminales y asesinas del Tercer Reich de Adolf Hitler. 

Finalmente, el éxito del juego en la crítica y en el gran público, vinieron tanto por su gráficos y su jugabilidad, como por su historia en torno a la Segunda Guerra Mundial, lo que provocó que pronto se empezara a trabajar en sus secuelas y que los seguidores del videojuego, como yo en aquellos momentos,  estuvieran esperando estas continuaciones como agua de Mayo.

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